Esta tendencia decorativa no es nueva, pero este último tiempo me la he topado en varios sitios, así que todo indica que se ha vuelto tendencia.
Los tapices son piezas textiles que en su origen son confeccionadas a mano en fibras naturales, y que se caracterizan por ser de gran tamaño.
Dado el gran trabajo que lleva fabricarlos suelen ser bastante costosos, así que para los bolsillos más apretados han aparecido otras alternativas que, a decir verdad –para mí-, no se diferencian en nada a un pareo.
Pero bueno, no estamos acá para ser intransigentes, sino todo lo contrario: aplaudir las alternativas y las opciones para todos los gustos y bolsillos. Así que si tienes un pañuelo, un mantel, una piecera o incluso un trozo de tela con un estampado que te guste, ¿por qué no usarlo como tapiz y colgarlo en la pared?
Esta solución es bastante práctica si necesitas llenar un muro pero no puedes o no quieres pintar. El tapiz aportará color y carácter, y lo mejor de todo es que se puede quitar fácilmente si ya no te gusta. Además es fácil de lavar.
¿Aún no te convences?
Acá te dejo algunas imágenes para que te inspires y veas si esto del tapiz va contigo o no.